Elvenking - The divided heart

agosto 16, 2007

Cuento corto


Aquel bufón no pudo mas, y por fin le declaró su amor a la reina… a aquella dulce mujer que él en sus noches tanto anhelaba, aquella a quien en cada rincón de su habitación hallaba, aquella que en sus sueños de él se apoderaba, aquella que en su pensamiento siempre estaba, aquella….

-Ja ¿tú?. ¿Un simple bufón de la corte pretendiendo que yo sienta algo?

Mientras su corazón se constreñía… dobló su sombra hacía la puerta de aquella habitación, y con el alma un poco mas liviana se dirigió hacia afuera…

- ¡Espera!... te daré una oportunidad… ¿ves aquella montaña? Dicen que allí habita un gran dragón… si traes a mis pies su corazón, tal vez pueda contemplar la posibilidad de un romance….

Lleno de valor, y motivado por lo que él creía podría ser el nacimiento de un romance, emprendió camino hacia las montañas señaladas…

Varios días después se le vio por el pueblo… un bufón maltrecho, que caminaba a paso lento, mientras sobre sus hombros descansaba una gran alforja que goteaba un liquido escarlata…

- ¡Que bien! Ningún caballero de la corte lo habría podido hacer mejor… ahora, ¿ves aquel bosque?... si aquel, a donde tantos caballeros han partido tras los pasos del gran tigre blanco que allí habita… ve… ve y traeme sus colmillos…

Mientras ella se reía por dentro, pensando en lo tonto que era aquel hombre por hacer tales cosas sólo por el amor que él creía sentir, él volteaba sin dudarlo dos veces, raudo hacia aquel espeso bosque…
Una noche a media noche… los gritos viajaron por el viento proveniente de aquella espesura… y llenaron gran parte de aquel reino…. Al amanecer… un bufón de ropas raídas caminaba arrastrando la cabeza de un tigre… de un tigre enorme…

- ¡No creí que lo pudieras hacer! Después de todo has demostrado que tal vez no deberías vestir ese traje de bufón… ya casi consigues mi amor… ¿has visto el norte?... ¿has oído las historias acerca del pantano? Quiero que vayas allí y que lo atravieses nadando…

Esta vez, mientras el bufón se alejaba… la reina comenzaba a sentir en su corazón, que lo que hacía aquel hombre por conseguir su amor era asombroso, comenzaba a sentir que podría querer a alguien, ¿quien cómo él podría desear tanto estar con ella como para olvidarse de su propia vida?….

… Tiempo después, aquel bufón volvía a las puertas de aquel castillo, a las puertas de aquella habitacíon…

- ¿Porque has tardado tanto esta vez?...
- He enfermado mi reina, he atravezado las gélidas aguas de aquel pantano…. Y he enfermado. En esta, la primera mañana en que he podido tan siquiera moverme…. Heme aquí, a tus pies…
Conmovida la reina, llena de ansias de arrojarse a sus brazos, solo dijo unas palabras mas…

- Mi amor… solo te pido una cosa mas… quiero que vayas al jardín de afuera, y me traigas una rosa, es lo ultimo que te pido… lo último y seré tuya por lo que nos reste de vida…

Aquel hombre… salió de aquella habitación, buscó la rosa mas hermosa en aquel jardín… y volvió a los pies de la reina…

- ¡Ven aquí amor! ¡Me has demostrado lo mucho que me amas! ¡Ven aquí y fundamos nuestras almas en un beso eterno!

Aquel bufón sonrío... solo un poco… y arrojó a los pies de la reina aquella rosa…. Hizo un gesto con su mano y detuvo las palabras de ella…

- ¿Qué es lo que te pasa? ¿No es esto lo que tanto anhelabas? –inquirió ella-

- ¿Sabes? –dijo él- me he dado cuenta que soy capaz de muchas cosas, cosas que nunca pensé posibles, cosas que pensé que cualquier hombre hubiese hecho por amor… te amé, te amé con locura y por ti hubiese cruzado aquel pantano mil veces... habría ido a la jungla por los colmillos de miles de felinos como aquel… me hubiese enfrentado a los dragones necesarios… solo por tu amor…. Pero mientras todo esto sucedía, algo en mi me hacía pensar, algo por mi mente se encaminaba… y solo cuando sentí el aroma de esta rosa… solo cuando vi ese rojo carmesí, solo entonces comprendí que una mujer que pide tanto como tú, no merece a un hombre que lo pueda dar todo por amor, como lo hago yo.

... y el bufón, a paso lento, se fue de aquel reino, mientras miraba con curiosidad el ocaso...

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